La comida local y la cultura también pueden convertirse en una baza de marketing en el mundo gastronómico. Hoy te presentamos a Tierra Astur y su método.
Es muy difícil definir qué cocina de todas cuantas alberga España, podría erigirse como la más destacada.
Sin embargo, casi todas las personas a las que preguntes dirán que en Asturias se come bien, es más, la gran mayoría afirmarán que su gastronomía es magnífica. Eso mismo debieron de pensar los protagonistas de nuestro artículo de hoy, la cadena de restaurantes Tierra Astur, que son un ejemplo de experiencia inmersiva dentro de la cocina autóctona.
De modo que hazte con una buena botella de sidra y prepárate a conocer un negocio diferente.
Desde la señorial Oviedo a Gijón, pasando por pueblos tan entrañables como Ribadesella, Cangas de Onís, Cudillero o Llanes, Asturias es sinónimo de buena gastronomía que, a pesar de ser así desde tiempos inmemoriales, se ha posicionado como un destino turístico preferencial cuando de comer bien se trata.
No podemos negar que de unos años a esta parte, lo asturiano está de moda. Por ejemplo, la sidra natural, antes coto privado para los autóctonos, se ha convertido en una bebida cada vez más habitual para el gran público, al igual que otros platos como el cachopo, los quesos o las fabes. Sin embargo, su oferta es interminable y choca de pleno con los platos habituales en los restaurantes del resto de España.
Por eso, el turista tiene en la gastronomía asturiana un foco de atracción individual, algo que no siempre ocurre. En ese sentido, son muchos los restaurantes que presentan producto local a sus clientes, no solo para los turistas, sino también para los propios asturianos que ocupan un porcentaje muy grande en cuestiones de autoconsumo por cuestiones de cultura social. Entonces, ¿cómo destacar entre tantas propuestas similares?
Este llamativo y exitoso proyecto tiene su origen en 1997 cuando una empresa de productos agroalimentarios asturiana, Crivencar, decidió dar un paso hacia la hostelería con una premisa clara: preservar las recetas tradicionales de su tierra. De este modo, fueron abriendo distintos locales en lugares como Oviedo, Siero, Avilés o Gijón, cosechando un éxito sin parangón entre propios y extraños.
Pero, ¿qué tiene de especial esta cadena de restaurantes? Muy sencillo, han logrado combinar la esencia de lo tradicional con las técnicas de marketing más modernas, para lograr una experiencia única desde el momento en el que atravesamos sus puertas. Sus locales dibujan a la perfección el concepto de sidrería que todos podemos tener en nuestras mentes. Todo, desde los uniformes del personal, la decoración, los toneles de sidra, el suelo repleto de paja, la iluminación y la música, nos meten de lleno en la verdadera esencia asturiana.
Los platos, que siguen a la perfección las trazas de las recetas tradicionales, caminan de la mano de las nuevas tendencias. Pero, lo mejor de todo, es que podemos llevarnos a casa los ingredientes con los que se elaboran, ya que cada uno de los establecimientos de Tierra Astur cuenta con su propia tienda de productos locales.
Una forma perfecta de aunar dos conceptos de negocios y jugar la baza de marketing para potenciarlos de manera común.
Por lo general, el marketing gastronómico tiende a mirar hacia afuera cuando de captar atención se trata. Durante décadas, ha sido la cultura americana la que ha calado hondo en la manera de hacer negocio. Tanto es así que, todavía hoy, vemos infinidad de intentos de parecerse a McDonald’s que suelen acabar en eso, en intentos. Por desgracia (o por suerte), no es fácil copiar modelos empresariales así y, sin embargo, dejamos delato oportunidades que son mucho más realistas de afrontar.
Una de ellas es la apuesta por lo más cercano. Y no hablamos solo de los productores locales, casi siempre garantía de calidad, sino de ensalzar nuestras raíces como parte de nuestra estrategia de marketing. El mundo está volviendo la mirada al interior después del auge de la globalización. Actualmente, sobre todo por el impacto de la pandemia, nos hemos dado cuenta del enorme potencial que tiene nuestro entorno. Y es aquí, desde el punto de vista del branding empresarial, donde podemos jugar nuestras cartas con buenas dosis de originalidad y dedicación.
Así, en los últimos meses no es extraño ver infinidad de campañas publicitarias en todos los ámbitos, que hablan del “regreso al pueblo”, de “vuelta a los orígenes” o de “alinearnos con lo natural”.
Tal vez ha llegado el momento de aprovechar lo que tenemos y Tierra Astur es un buen espejo donde mirarnos.
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